1-. Las
ordenes, las costumbres y los caprichos puede que sean motivos
adecuados
para obrar en muchas ocasiones… Pero si actuamos siempre
guiados
por esas motivaciones tendremos más de “borregos” que de
persona:
¿qué debemos hacer para ser personas y no borregos?
Para no ser borregos lo que hay que hacer es pensarse las
cosas antes de actuar porque si haces las cosas que te dicta la impulsividad
luego pueden traer cosas en tu contra por eso lo que debemos hacer es pensarnos
las cosas antes de actuar.
2-. El
adulto ha de ser capaz de inventar, en cierto modo, la propia vida y no simplemente
de vivir la que otros han inventado para uno… En esto consiste la libertad, lo
más opuesto a dejarse llevar: ¿qué se entiende por Libertad?
Libertad es el poder decidir por ti mismo lo que quieres
hacer, pero también darte cuenta de lo que estas haciendo o diciendo.
3-. Si
queremos profundizar en la moral de verdad, más vale que nos
dejemos
de órdenes, costumbres y caprichos: ¿qué es lo que debemos
hacer?
Aprender a emplear bien la libertad que tenemos. Y en
este aprendizaje consiste la moral y la ética.
4-. No
es fácil ni siquiera determinar una virtud cualquiera; por ejemplo, ¿Es bueno
decir siempre la verdad?
En ciertos casos decir la verdad no es para nada bueno
porque ponte en el caso de una persona que este apunto de morir por enfermedad
decirle que se muero en esos casos no esta bien decir la verdad pero en otros
casos deberíamos decir la verdad.
5-. Si
ni órdenes, ni costumbres ni caprichos bastan en esto de la ética, y, resulta
que no hay manera de saber qué es lo bueno y conveniente en cada caso: ¿cómo
nos las arreglaremos para ser “hombre buenos”?
Pensando las cosas antes de actuar porque las impulsiones
no traen nada bueno.
6-.
Reflexiona y explica la siguiente frase: “La ética de un hombre libre nada tiene que ver con los castigos ni los
premios”.
A un niño quizá solo le baste con regañarle para tener
una buena conducta, pero a personas adultas ya hay que orientarlas de otro
modo.